Para ello, se ha realizado una actividad de escritura (estamos en Lengua y literatura) que consistía en reflexionar sobre el curso que acaba y decir qué nos había parecido.
Todos y todas tuvieron ocasión de manifestar lo que más o menos les había gustado; no obstante, de entre todas las opiniones, unas mejor expresadas y otras peor, quisiera destacar una, la que suscribo a continuación.
"CURSO 2015/2016
Como todo gran cambio viene marcado por un final, y un nuevo comienzo. En este caso, el verano había finalizado, pero es que también no mis ganas de seguir disfrutando.
En el comienzo del curso, lo único que tenía claro era que iba a haber cambios, grandes cambios.
Quería definirme, definir mis metas y mis sueños. Quería saber quién era y quién quería ser.
Tanto pensar en ello acabé volviéndome loca; así que dejé de pensar y comencé a contemplar todo cuanto estaba a mi alrededor.
Estudiando literatura uno se da cuenta de muchas cosas; pero sólo algunas tienen el honor de permanecer en tu mente.
Una de esas cosas que más llamó mi antención y que, a día de hoy, me sigue fascinando es el conflicto que Miguel de Cervantes consiguió crear: Idealismo contra Realismo.
Realmente, me recordó al conflicto corazón-cabeza.
En mi corazón, siempre he sabido quién quería ser, pero mi sentido común trataba de hacerme creer que no sería capaz de conseguirlo, y que debía optar por otra vía más fácil.
En el viaje a Mérida aprendí una valiosa lección. Recuerdo perfectamente aquella cancioncilla, pues por más horrible que fuese, la repitieron tantas veces que se quedó grabada.
"Constancia señores". Porque por horrible que parezca, si uno pone todo su empeño, al final se consigue. Y si no se consigue, llegarás a ser un pesado de categoría. ¡Que también puede ser un premio!.
Al final de este curso, sigo sin saber quién soy o quién quiero ser, pero como dice Lola: "CARPE DIEM". Vivamos el momento que el tiempo vuela y lo que tenga que pasar, pasará y para lo que no, siempre nos quedará la literatura".
ENMA VÁZQUEZ, 3º ESO A
